María Gracia Calvo Hubo un tiempo en que fui mariposa, una frágil y pequeña mariposa ... Con mis alas dañadas por la maldad, por el dolor, la humillación, llegué a estar en el aire el tiempo necesario hasta desfallecer del todo y caer No sé cuánto tiempo fue, quizás aún estoy en el suelo. Tampoco sé del dolor que me atormento, ya que se volvió en parte de mi vida, no tenía armadura, tan solo mi piel formando una coraza que hizo mi frágil y debilitado cuerpo para guardar cada una de mis golpes. Necesitaría mucha más piel para el alcance de mis heridas y depositarlas por separado, puesto que mi cuerpo no tiene más sitio donde hospedar tanto daño. Quizás así se podrían ver todas y cada una de las cicatrices Incluidas las de mi alma y mi corazón. He intentado protegeros siempre Pero no sé qué recordáis y si lo recordáis, para mí fue tremendamente doloroso pero aun siendo así, quise perdonar. Y perdonarme a mi misma no podía detener ese sentimiento de dolor. Sé que no era culpa vuestra,