El Despacho Era una oficina confortable, tenía una sala para reuniones numerosas, una oficina muy profesional y un pequeño despacho. Todo con la grandilocuencia del señorío en la decoración del ambiente. Esa majestuosidad de los tapizados, el estilo Luis XV en los muebles, los techos altos, las pinturas renacentistas. Si. Era la oficina del Presidente de Estado. Reuniones, decretos, firmas. La Paz y la Guerra se negociaban entre esas paredes, entre otras cosas. Siempre con el sello del “ Bien General” En el juego de la democracia, allí estaban unos años los del partido A, y otros los del partido B. En alternancias, más amplias, más turbulentas. Pero así era. Gobierno, Oposición, cambiando colores. Había grandes ventanales. En general, la prensa tenía acceso. No a las reuniones, si a las decisiones comunicables. Eran los encargados de difundir las noticias. Asombrarse, ofuscarse, apoyarlas. Todo en función de ciertas pautas, que se marcaban en las redacciones, que venían también