Javier Hidalgo
Sorprendente
Puedo escribir a destiempo
pues dibujo palabras sin resentimiento.
Nada está escrito en las paredes,
todo es efímero, banal,
sin una historia para cada momento,
si el amor no emana desde el pecho.
Escribo a tu corazón
desde los latidos del mío,
y desnudo mi alma
a contratiempo.
No me importa el silencio.
Ni los rincones escondidos.
Ni esa muchedumbre
que nos observa,
intentando comprender
lo que es imprevisible.
Ahora amor mío estoy despierto,
ya no son necesarios los sueños
que a galope me traían tus besos,
que son perfume para mi desaliento,
para aquellas noches frías de tormento.
Ya no hay soledades, lagrimas desesperadas,
cartas rotas, ni canciones olvidadas.
Ahora, todo es permanente,
sorprendente, incluso un tanto
irreverente, como toda historia de amor
que se presenta de repente.
Detrás de los cristales, llueve.
Con la impertinencia de siempre,
pero cae suavemente, consciente.
Sabe que ella es imprescindible
para regar le simiente de lo que nace
salvaje, animal, flor silvestre.
Puedo escribir a destiempo
consciente que este es el momento,
de recorrer con los dedos
la espuma que emana desenfrenada,
como un manantial al descubierto.
Hoy escribo a destiempo.
Hoy escribo para ti, para esa
mirada que me mira. Para esa mirada
que miro cada día. Para esa mirada
que escribe cada mañana... mi poesía.
Precioso, Javi.
ResponderEliminarEscribes hermoso.
Gracias por regalarnod esas flores en forma de poesía